La presidenta Cristina Fernández volvió a cuestionar ayer al gobierno británico por su negativa a dialogar sobre las Islas Malvinas y reivindicó la actitud de la embajadora en Londres, Alicia Castro, que el lunes reclamó en público al canciller inglés, William Hague, que cumpla con las resoluciones de las Naciones Unidas en tal sentido.
“En cualquier parte del mundo es insostenible la negativa al diálogo, ¿cómo alguien puede decirse demócrata y decir de eso no hablo?”, se preguntó.
La jefa del Estado hizo estas afirmaciones durante la inauguración del “Patio Malvinas Argentinas” en la Casa de Gobierno, en el día en que se conmemoró el 30° aniversario del hundimiento del Crucero General Belgrano por parte de un submarino británico.
Frente a un auditorio donde había sobrevivientes de ese ataque, que calificó como “un crimen de guerra”, la mandataria insistió: “No vamos a bajar la voz y no nos vamos a callar en ninguna parte del mundo, es sólo la fuerza de la palabra y yo creo que la de la razón y de la justicia frente a la de la guerra y la de las armas”.
“Hay que reivindicar la actitud de la embajadora” que actuó “en el marco del derecho” porque “fue invitada a un acto donde se podía participar y preguntar”, explicó. En este sentido, admitió como “lógica” la molestia del canciller inglés, pero confesó: “No me pareció lógico que se hayan molestado algunos argentinos”.