Se ha revelado que Winston Churchill temía que los japoneses invadieran a las Islas Falklands, abriendo un nuevo frente de batalla durante la guerra. De haberse dado esta circunstancia, se hubiera complicado muchísimo el curso de la guerra para la fatigada Inglaterra.
Lo que pocos saben es que estaba tan conciente del peligro potencial que envió a más de mil soldados para que protegieran a las islas y evitar así tener que reconquistarlas. Este temor se vió concretado pero no con relación a los japoneses sino a los argentinos que cuarenta años después invadieron a las islas en 1982 en lo que se conoció luego como la “Guerra de las Malvinas”.
El encargado de divulgar esta pesadilla de Churchill fue el historiador Stephen Haddelsey. Para 1942 Gran Bretaña pasaba por uno de sus momentos más duros. Hitler estaba arrasando Rusia y tenía a la mayoría de Europa ocupada. Los submarinos alemanes aterrorizaban a los convoyes que cruzaban el Atlántico trayendo víveres y suministros desde los EE.UU.
En el este, Singapur se había rendido a los japoneses y Australia misma estaba amenazada de invasión por las victoriosas fuerzas niponas. El temor de Churchill no era vano en aquel momento. Las Islas contaban solamente con unos 300 voluntarios para su defensa, con armas solo para unos pocos. Sin ayuda de ninguna otra potencia, Churchill debió desviar un batallón de soldados ingleses que se dirigían a la India rumbo al Atlántico Sur.
La presencia militar británica en las Islas fue disminuyendo hacia 1944, aunque miembros de la Marina Real Británica fueron enviados a las Islas en lo que se conoció como la “Operation Tabarin” para que sus alegados derechos sobre las Islas Malvinas no perdieran fuerza. Haddelsey quiere demostrar también que fuera de aquel refuerzo obligado por las circunstancias, Gran Bretaña no asignó nunca una gran importancia a su presencia en el Atlántico sur.
Vía e imagen: Express